El inspector Prim atraviesa la puerta entornada. Cadáver, tres disparos, clap, clap, clap; mortal el que agujereó la nuca. Aplastado rostro contra el suelo, mojado en sangre fresca, chirle, inexplicablemente dulce. La pluma no escribe, su reloj falla; maldice Prim. ¿3:38? Imposible. 3:38. Pasos.

_ Llegas tarde Walter.

_Inspector  –pronuncia  grave su ayudante. Prim sonríe. Revisa unos grifos. No halla el origen del goteo incesante. Clap, clap.

_ ¿Lo oyes Walter?

_Inspector –repite el joven, de pie junto al muerto.

Entran dos policías.

_ ¿Oís esa gota? Parece caer sobre agua. Clap. ¡¿La oís o pasáis de lo que digo?!

_ Inspector –lo saluda uno de los policías. Se quita la gorra. Su compañero, consternado, lo imita.

De rodillas, Walter mete su dedo guante en un costado de la cabeza de Prim. Clap, detiene el goteo.

_ Calibre 38. Tres balas. Orificio mortal de salida en oreja izquierda.

 

Microrrelato finalista en concurso Fnac-Falsaria-Bubook (2013). Foto: del film «Sherlock Jr.» (1924)