En defensa de los animales

El ganadero Howard Lyman yacía internado con un grave pronóstico. Lo esperaba una cirugía urgente y muy compleja. Allí, a segundos de batallar contra la muerte, lo asaltó una emoción intolerable: el remordimiento. No por su familia, tampoco por mandar a sus vacas al matadero. Howard se lamentaba por arruinar su granja: «Estaba destruyendo el suelo, los pájaros y los árboles con químicos. Estaba matando las cosas que más amaba
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Benedetti y la adicción a la nostalgia

La nostalgia nace como una amarga derrota. Es un partido que ni siquiera llegaste a jugar porque cuando entrabas a la cancha viste a tu equipo yéndose con otro, en ese barco que a pesar de ser tan lento, nunca demora lo suficiente para olvidar, ni se aleja tanto como para perderse de vista. Más bien, es de un navegar similar a un espejismo, parece irse cuando llega y lo que deja atrás es lo que se lleva encima.
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El Pigmeo terrorista de Chuck Palahniuk

Hablaré sobre el libro Pigmeo, de Chuck Palahniuk, pero antes diré tonterías y me dispersaré, así que recomiendo evitarse el bodrio, saltarse varios párrafos y empezar a leer donde dice: “Pigmeo es la historia de un grupo de estudiantes…”. Este blog es un puto desastre. Me paso el día pensando cosas, pero cuando llego a casa, muerto del trabajo, ya no escribo o me pongo a bosquejar la tercera novela
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El juguete rabioso de Arlt

El Juguete Rabioso. Primera novela de Roberto Arlt. Publicada en 1926. Cuenta las tribulaciones de Silvio Astier, un muchacho que busca sobrevivir en una Buenos Aires de inmigrantes, miseria y delincuencia. Los que siguen son mis apuntes sobre la lectura. No una crítica, no un análisis. Quiero a Arlt. Con los escritores que me gustan desarrollo un vínculo afectivo de una sola dirección. Algo parecido a las fans del chico pop (no
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Aventuras de un lector desafilado

En calle Hermosilla 132 de Madrid está La Dulcinea, una de las mejores librerías de usados que visité en mi vida. Por dos cosas: contiene verdaderos tesoros de la literatura en primeras versiones (o al menos muy difíciles de conseguir) y por el cariño con el que su dueño escribe en la primera página de cada libro, pues al lado del precio y con preciosa letra imprenta, pone: «El libro
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Críticos abyectos y el poder del King

Stephen King me dijo que él me autorizaba a dejar lo que estuviera haciendo, a relegar cualquier otra actividad en beneficio de la lectura o la escritura. Lo hizo a través del libro Mientras Escribo. Gracias a esa idea dejé de sentir culpa, por ejemplo, cuando trabajaba por mi cuenta y en lugar de conseguir nuevos clientes me dedicaba a escribir mi primera novela o a leer un buen libro.
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