Escribo porque el viernes perdí un tren en la estación de Goya. Miraba los grabados del Maestro dispuestos a lo largo del andén y, como llevaba un libro de Gianni Vattimo sobre la hermenéutica, me empeñaba en interpretarlos críticamente. Tuve el mismo éxito que un chimpancé recitando en lunfardo. Estaba disperso, molesto porque las decenas de usuarios del transporte público daban la espalda a la obra y gesticulaban a sus
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No es solo que me guste Fito Páez; yo vivo a través suyo, como nos ocurre con los artistas capaces de ayudarnos a desentrañar, en el sentido de quitarse uno las tripas, frotarlas contra el lomo del mundo y volver a ponerlas en un lugar más humano, imperfecto y mejor. Y sería adecuado explicar esta ligazón con una exposición razonada, pero ahora está empezando la canción “Al lado del camino”
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“Son muchos los que quieren alcanzar la iluminación suprema en un cuerpo de hombre, pero pocos los que desean obrar por el bien de todos los seres en un cuerpo de mujer. Hasta que este mundo quede vacío, yo velaré por el beneficio de todos los seres sintientes en un cuerpo de mujer.”
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Hablaré sobre el libro Pigmeo, de Chuck Palahniuk, pero antes diré tonterías y me dispersaré, así que recomiendo evitarse el bodrio, saltarse varios párrafos y empezar a leer donde dice: “Pigmeo es la historia de un grupo de estudiantes…”. Este blog es un puto desastre. Me paso el día pensando cosas, pero cuando llego a casa, muerto del trabajo, ya no escribo o me pongo a bosquejar la tercera novela
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El Juguete Rabioso. Primera novela de Roberto Arlt. Publicada en 1926. Cuenta las tribulaciones de Silvio Astier, un muchacho que busca sobrevivir en una Buenos Aires de inmigrantes, miseria y delincuencia. Los que siguen son mis apuntes sobre la lectura. No una crítica, no un análisis. Quiero a Arlt. Con los escritores que me gustan desarrollo un vínculo afectivo de una sola dirección. Algo parecido a las fans del chico pop (no
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En calle Hermosilla 132 de Madrid está La Dulcinea, una de las mejores librerías de usados que visité en mi vida. Por dos cosas: contiene verdaderos tesoros de la literatura en primeras versiones (o al menos muy difíciles de conseguir) y por el cariño con el que su dueño escribe en la primera página de cada libro, pues al lado del precio y con preciosa letra imprenta, pone: «El libro
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